Más estancia en Santa Cruz de Tenerife, intento infructuoso de subida al Teide desde el nivel del mar y visita de los padres de Dani. Del 14 de octubre al 27 de octubre de 2011.
Tras nuestra visita a La Palma, y sufrir la impotencia de ver muchos senderos que recorrer y sólo poder caminar un poco por las molestias en la rodilla de Sandra, volvimos de nuevo a un hospital a que nos aclararan cuánto duraría la presunta tendinitis y que habría que hacer para reducir sus síntomas cuanto antes. Cogimos el tranvía y con él llegamos al hospital. En él no nos hicieron esperar demasiado y el médico le explicó a Sandra que no tenía ninguna tendinitis, a diferencia de lo que le habían dicho anteriormente los otros dos médicos, y lo que le pasaba es que había perdido musculatura y que el cartílago rozaba con la rótula y por tanto, ésta se desgastaba. En conclusión, tenía que aumentar la musculatura de la pierna y le recomendó unos ejercicios.
Más aliviados por ver una salida, aprovechamos los siguientes tres días para buscar y comprar varias cosas. En primer lugar, una cámara de fotos nueva que sustituyera a la que nos habían hurtado en
Como aún teníamos unos días libres, Dani se decidió a intentar subir el Teide desde el nivel del mar. Como la idea surgió de improviso, no pudo prepararlo con mucho detalle y así salió como salió. El primer problema surgió con el itinerario. Pese a que buscamos un mapa topográfico en varias librerías, una de ellas la más conocida de Santa Cruz, no lo encontramos con lo que tuvo que bastarse con un plano turístico de senderos que obtuvo en la Oficina de Información y Turismo y los pocos datos que pudo obtener por Internet dado el poco tiempo dedicado a
Al día siguiente se levantó a las 6 de la mañana, se fue en bici a la estación de autobuses y cogió el directo a Puerto de
Así pasó la noche, bastante humedecido y aguantando la lluvia que no paró en toda la noche, pero al día siguiente antes de que saliera el sol, se puso en marcha otra vez. Se intuía el cielo tapado pero al menos había dejado de llover. No obstante, la ascensión cada vez se veía más complicada por varias razones. La primera es que para subir al Teide hace falta un permiso que Dani no tenía porque no habían días disponibles hasta bien entrado noviembre. No obstante, el permiso no se exige a la gente que sube caminando siempre que lleguen a horas en que no funcione el teleférico, que funciona de 9 de la mañana hasta creemos que las 18 horas. Desde el punto en que salió Dani ese día era imposible llegar antes de las 9 horas y esperar a que cerrara el teleférico no era una opción porque entonces sería demasiado tarde para volver.
El segundo problema es que Dani, en un alarde de optimismo, había comentado a Sandra que volvería el segundo día por la noche y en el autobús se enteró que solo había un autobús de vuelta que volvía a las 16:30 horas, y aunque le permitieran subir sin permiso, sería complicado, en el tiempo que tenía, subir al pico y bajar hasta donde pasaba el autobús.
El tercer problema era la meteorología, ya que seguía muy tapado y lloviznando de vez en cuando. No obstante decidió intentarlo a ver hasta donde llegaba. A medida que iba subiendo el viento era más fuerte y el frío más intenso. Había unas personas que bajaban y Dani les preguntó cuanto quedaba. Le dijeron que quedaba unas dos horas o dos horas y media como máximo hasta
Sandra mientras tanto, estuvo esos días en el barco preparando la visita de los padres de Dani mirando en la guía todo lo que podíamos ver en Tenerife además de buscar un coche de alquiler.
Al día siguiente, 20 de octubre, tras limpiar y ordenar un poco todo el barco, fuimos a recoger el coche de alquiler y de allí al aeropuerto, a recoger a los padres de Dani. Tras el feliz reencuentro, ese día nos acostamos a las 3:00 contándonos muchas cosas.
El día 21, tras levantarnos y desayunar, nos dirigimos directamente a la ciudad de La Laguna, antigua capital de Tenerife y declarada Patrimonio de la Humanidad por
El día 22 de octubre estuvimos por Santa Cruz. Fuimos a la Oficina de Información Turística, luego paseamos por la Calle del Castillo y fuimos a comprar al supermercado. Es lo malo de vivir en un barco, si no queremos gastar las baterías conectando la nevera todo el día, debemos comprar las cosas frescas con más asiduidad.
Después de comer en el barco y una sobremesa larga, charlando, fuimos a ver el Auditorio de Tenerife, proyectado por Calatrava, el pequeño pero bonito Castillo de San Juan, el Parque Marítimo de César Manrique y
El día 23 de octubre, que era domingo, fuimos de senderismo por el Parque Rural de Anaga. El encargado de información del Centro de Visitantes del parque nos explicó, muy didácticamente, todo lo referente al bosque de laurisilva y su riqueza natural. También nos explicó los parecidos entre los humanos y los líquenes. Al parecer, ambos son capaces de habitar en cualquier parte del globo.
Aunque nosotros íbamos con la idea de hacer un sendero en concreto, intuíamos que era un poco demasiado largo, sobretodo por el estado de la rodilla de Sandra y por el estado físico del padre de Dani, que como trabaja tantas y tantas horas al día, no tiene tiempo para nada y menos, para ponerse en forma. El encargado del Centro de Visitantes nos recomendó un sendero sencillo y corto por
De vuelta al coche y tras beber algo en un bar-restaurante que estaba repleto porque debía ser un sitio típico de comidas domingueras, nos dirigimos a Bajamar y allí vimos una minúscula ermita del siglo XVI y unas piscinas seminaturales que al parecer, según nos comentaron unos lugareños, cada invierno debían reparar porque los temporales hacen de las suyas.
Al final del día, y poco antes de que se hiciera de noche llegamos a la Playa de las Teresitas. Es la playa de Santa Cruz de Tenerife y aunque es artificial, era bastante bonita. A Dani le extraño un tipo que iba todo preparado para descubrir cualquier metal que estuviera bajo la arena y que iba pertrechado con un enorme detector de metales en una mano y en la otra, una pala que escarbaba y filtraba a
Por la noche cenamos en el barco y volvimos a hacer sesión de cine con otro clásico, “Anatomía de un asesinato”, también de James Stewart.
El día 24 de octubre fuimos a primera hora a la oficina del Parque Nacional del Teide en Santa Cruz en la dirección que ponía la guía para intentar conseguir un permiso para subir al Teide pero habían cambiado la dirección y ahora sólo se podía pedir el permiso por Internet. Por esto, nos dirigimos a continuación a un cibercafé y vimos que en varias semanas no había días disponibles por lo que desechamos la idea de subir en el teleférico si después no podíamos subir a
Tras la visita, nos dirigimos hacia los Acantilados de los Gigantes. De camino paramos a comer rápidamente unas arepas que estaban muy buenas. Los acantilados los pudimos contemplar muy bien desde el Mirador de Archipenque y francamente, son espectaculares porque desde el nivel del mar, la pared asciende verticalmente hasta
Tras los acantilados, quisimos conocer alguna de las playas de la isla y primero conocimos una de arena negra, la Playa de las Arenas, en la que ondeaba la bandera roja pese a que las olas no eran demasiado grandes. Suponemos que la corriente debía ser fortísima sino, no se entendía. Seguimos y llegamos a Las Américas donde paseamos por el paseo y cuyas playas no tenían arena, sino rocas, excepto una pequeña parte rodeada por espigones que sí tenía arena. Después visitamos Los Cristianos y la Playa Las Vistas. Ya al atardecer, visitamos el pueblo de El Médano, con su playa larga que pudimos recorrer porque había marea baja. En el propio El Médano, compramos varias cosas para poder cenar luego en el barco.
El día 25 de octubre lo dedicamos a visitar en primer lugar el pueblo de El Sauzal, un arreglado pueblecito que tenía cierto encanto pero no demasiadas cosas que ver. Después, fuimos a La Orotava y tras una primera visita en coche, decidimos ir a comer a un sitio muy típico llevado por una familia y que recomendaban bastante llamado “La Barraca” y donde comimos muy bien, papas arrugadas con mojo rojo y verde, ropa vieja, conejo al salmorejo, pescado “cherne” y postres variados: quesillo, mousse de gofio y tarta de almendras. Después de comer continuamos la visita a La Orotava viendo sus iglesias, sus jardines, un molino de gofio y la Casa de los balcones donde compramos unas semillas de drago. Esperamos verlo cuando sea milenario.
Más tarde visitamos Puerto de
El día 26 de octubre queríamos visitar la parte noroeste de la isla, que era la parte que nos faltaba por ver, así que nos dirigimos de nuevo a Puerto de la Cruz y tras dejarlo atrás, vimos desde el mirador de San Pedro la Playa del Socorro y una fantástica panorámica de la costa acantilada. Más tarde pasamos por San Juan de la Rambla que aunque pintoresco, no tenía demasiado que ver.
La siguiente visita nos llevó a Garachico. Las olas chocaban por toda su costa con cierta fuerza, tanta, que incluso por ello habían cerrado sus piscinas naturales. Paseamos por sus calles y comimos en la Plaza de la Libertad muy variado ya que entre todos comimos cazuela de almejas, pulpo a la canaria, pollo al limón, ternera, potaje canario y unos postres de mousse de higo, quesillo, tarta de queso y tarta de tres leches.
Al acabar de comer, salimos para el pueblo de Masca por una carretera que iba por encima de los Acantilados de los Gigantes que anteriormente habíamos visto desde abajo. Fuimos parando en diferentes miradores y en uno de ellos, pudimos ver las islas de La Gomera y también
A la vuelta hacia Santa Cruz pasamos por Icod de los Vinos y casualmente vimos desde la carretera el famoso Drago milenario y ya en Santa Cruz, salimos a cenar algo ligero porque habíamos comido mucho.
De vuelta al barco, como por una vez era un poco pronto, vimos las fotos hechas y aprovechamos para copiar las fotos de los padres de Dani en el ordenador, y les preparamos a ellos un DVD con las fotos que habíamos sacado con nuestra cámara.
El día 27 de octubre era el día en que los padres de Dani se marchaban y aunque no lo comentábamos, estábamos todos un poco tristes.
Por la mañana, mientras Mamá preparaba las maletas, los demás fuimos a recoger el navtex que ya había llegado a la tienda y de paso, fuimos a comprar un poco de comida en el supermercado.
Más tarde, ya en dirección al aeropuerto, pasamos por el pueblo de La Candelaria y vimos su basílica. En la plaza de la entrada a la basílica habían unas esculturas gigantes de todos los reyes aborígenes de las islas. Los guanches son sólo los aborígenes de Tenerife. Es curioso como en Canarias, existen referencias por todos lados a sus aborígenes y no hacen mención a otros períodos de la historia a diferencia por ejemplo del resto de España, que no hacemos mucho caso a nuestros íberos o celtas.
Y del pueblo de La Candelaria, ya nos dirigimos al aeropuerto. Tras facturar, comer y esperar un poco, los padres de Dani embarcaron. La despedida fue triste porque no sabemos cuando nos volveremos a ver pero esperamos que muy pronto, ¡en el Caribe o Sudamérica!
my blog dice:
Piece of writing writing іs aⅼѕo a excitement,
іf you bbe familiar witһ afrer that you cɑn write
otherwisе it iѕ complex tⲟ write.
Pablo dice:
Muy bueno!!