Sigue el viaje del velero Piropo, con sus tripulantes Dani y Sandra, en su pretendido deseo de dar la vuelta al mundo por los trópicos.

TRAVESÍA DEL PACÍFICO. De Galápagos a las Marquesas. Del 22 de mayo al 13 de junio de 2014.

Algo más de 2.900 millas de travesía -más de 5.300 kilómetros-, y aunque la hicimos en relativamente pocos días -22- respecto a los que preveíamos inicialmente, fue una travesía que sólo se podía calificar de una forma: larga, muy larga. Esta travesía, de las Galápagos a las Marquesas, ya en la Polinesia Francesa, era la travesía más larga que los veleros se podían encontrar en una vuelta al mundo por los trópicos y aunque la gran cantidad de días subidos al barco sólo acompañados por una gran disco azul eran muchos, no por eso dejó de ser placentera porque sinceramente, la meteorología nos fue muy favorable.

El día 22 de mayo, día de partida, nos lo tomamos con calma antes de salir realizando los últimos preparativos. Y con tanta calma nos lo tomamos, que al final decidimos comer fondeados y partir después. A las 14:30 horas, nos soltamos de la boya a la que estábamos amarrados, salimos del fondeo rodeado de pequeñas islas y arrecifes y cruzamos poco a poco la Bahía de Puerto Villamil en dirección sur para separarnos suficiente de la costa antes de poner el rumbo que ya no variaríamos en toda la travesía. Cruzando la bahía, nos topamos con una gigantesca mantarraya a la cual casi atropellamos. Era enorme. Tendría de ancho como el Piropo y nos impresionó mucho verla porque sin duda es uno de los animales más increíbles del mar, casi plano, con unas aletas terminadas en punta y una peculiar cabeza con dos mandíbulas que le sobresalen y que la distingue especialmente de otras especies de rayas. Llega a medir 6,70 metros y su peso puede alcanzar los 1.400 kg.

Quizá tuvimos mucha suerte, pero la meteorología fue muy buena casi todo el tiempo. Los Alisios del sureste nos acompañaron desde el principio hasta el final. Al principio, eso sí, y durante la primera semana, navegamos con un viento de 60 grados, algo más de proa de lo que preveíamos, pero tras esos primeros 7 días, el viento fue rolando poco a poco y se nos quedó en la aleta. La intensidad del mismo era comodísima, alrededor de unos 15 nudos, aunque ocasionalmente superó los 20 nudos. El azul del cielo, limpio de nubes oscuras, sólo se manchaba por los típicos cúmulos blancos que indicaban buen tiempo. Y así estuvimos, día tras día, sin lluvia, sin incrementos repentinos de viento, sin sobresaltos, un verdadero placer. La última semana sin embargo, el tiempo empeoró algo aunque sin ser alarmante. Los chubascos hicieron acto de presencia pero no traían más viento con ellos lo que era muy tranquilizador y además, pasaban muy fugazmente. El viento, esa última semana, también aumentó en intensidad pero nada del otro mundo ya que raramente superó los 25 nudos y nunca alcanzó los 30 –todos de aparente-. Las olas por su parte eran un poco extrañas, aparecían y desaparecían con rapidez conforme variaba un poco la intensidad del viento y esa inconstancia, impidió que aparecieran las enormes y ordenadas olas que vimos en el Atlántico que estaban tan y tan separadas entre seno y seno. De todas formas, pese a esto último y por lo que a nosotros respecta, podemos decir que nos pareció mucho más cómoda esta travesía que la que hicimos en el Atlántico.

Nuestra vida a bordo, después de los primero tres o cuatro días de adaptación con algún malestar por el mareo, se limitó a leer, estudiar idiomas -Francés Sandra e Inglés Dani-, ver alguna película, pescar ocasionalmente, comer y dormir. La verdad fue que pescamos bastante y casi cada día que echamos el señuelo -que era cada vez que nos apetecía pescado-, lográbamos capturar un dorado –llamados mahi-mahi en el Pacífico- y curiosamente, seguramente fruto de la casualidad, de un tamaño cada vez mayor a medida que avanzábamos en la travesía. Al final quisimos pescar algo diferente como un atuncillo y cambiamos el señuelo para ver si lo conseguíamos pero lo único que conseguimos fue no pescar nada por lo que volvimos al anterior señuelo y a pescar otra vez dorados.

El Piropo se comportó estupendamente. La verdad fue que la travesía casi la hizo él sólo. Nosotros nos limitamos a ajustar un poco las velas de vez en cuando y poco más. La mayor parte del tiempo, durante casi dos semanas, ni siquiera tuvimos que hacer eso porque atangonamos la génova por un lado y retuvimos la mayor por el otro y la constancia del viento, casi no nos hizo tocar las velas. Sólo tuvimos que lamentar que el pistón del piloto electrónico se rompiera. Era muy antiguo y se le habían hecho muchas millas. Nosotros ya le habíamos hecho muchas y no sabíamos cuántas le habían hecho los antiguos propietarios, por lo que le pusimos otro pistón nuevo que teníamos de recambio y ya no nos dio más problemas. Por lo demás, todo funcionó perfectamente y sin contratiempos.

Los últimos días de travesía, a medida que nos íbamos acercando a nuestro destino y ya empezábamos a calcular en qué día aproximadamente llegaríamos, comenzó a hacérsenos más pesada la navegación. Pero poco a poco avanzamos, y sobre las 4 de la mañana de la última noche, comenzamos a ver la silueta de nuestro destino a la luz de la luna. Veíamos por fin la isla de Fatu Hiva. ¡Llegábamos a la Polinesia!

Hasta la próxima.

 

6 comentarios a “TRAVESÍA DEL PACÍFICO. De Galápagos a las Marquesas. Del 22 de mayo al 13 de junio de 2014.”

  • hola CAMPEONESSS ||||| que deciros, que me encanta que esteis tan bien y tan guapos , las fotos, geniales, como siempre, y por lo que contais el Pacifico ha sido un paseo, jajajajaja, , en fin, que me hace mucha ilusion veros tan contentos, un besote muy grande grande a los dos y un abrazo, chao mi niña, tkm.

  • Buenas a los dos! 
    En un principio me gustaría deciros que me alegra la mejoría de Sandra y el retorno a vuestra aventura! No me conocéis (un poco mas después de este post ) pero yo a vosotros un poco, todo gracias a que casualmente me tope con vuestro blog el cual poco a poco me ha ido enganchando ;) . No soy navegante, pues he vivido siempre tierra a dentro pero siempre me encanto el mar. En cuestión de semanas me lanzaré a la mar para empezar a formarme como un buen Pirata, y aunque ha sido algo que siempre he querido hacer tengo que admitir que vuestra experiencia me ha animado aun mas. Os deseo mucha suerte durante el resto del viaje y que algún día nos crucemos en alguna travesía ;) . Un abrazo a los dos 

  • Enhorabuena pareja!!
    Que facil parece tal y como lo contáis. Da gustó una travesía así .
    un abrazo desde Sallent de Gallego!!!
    Jorge

  • Buenas tardes chicos. Ciertamente es un placer volver a tener noticias vuestras, saber que estáis bien y que poco a poco estáis alcanzando vuestro objetivo. Me alegro mucho.
    Un saludo.
    R. Acuña

  • guau chicos, qué ilusión leer el relato… a nosotros nos llevó más cruzar el Atlántico que a vosotros el Pacífico, sois unos campeones
    nos encantan las fotos (tanto mahi-mahi) y ver a Sandra con la pulserita kuna en el tobillo pero ya con manga larga (pelín de envidia)
    esperramos que todo siga genial, nosotros en octubre saltamos…………….
    abrazos de los dos para los dos
    silvia y johan

  • Hola navegantes!
    Hace algunos meses me topé con vuestro blog y comencé a seguirlo. De verdad que para mi ha sido un lujo y una especie de terapia seguir vuestro viaje. Lo digo porque por ahora me es imposible acercarme a mi amado mar y mucho menos navegar. Por ahora sólo puedo navegar por este medio, pero pronto podré seguir vuestra estela, al menos eso es lo que tanto anhelo, si Dios me lo permite. 
    Es un sueño que he tenido desde hace un tiempo para acá y que comienzo a darle forma en la mente. El dar la vuelta a medio mundo desde Venezuela, donde vivo, hasta NZ o quizá Australia. Y vuestro blog y los otros blogs de navegantes transmundistas que he seguido me han sido de mucha ayuda para ir concretando estos planes. Por eso les doy las gracias desde el fondo de mi corazón y les ruego que sigan escribiendo y publicando esas fantásticas fotos.
    Me alegró mucho de que hallan cruzado el inmenso Pacifico de una manera tan poco accidentada. Muchas personas comentan sólo las vicisitudes de la navegación, lo cual asusta a aquellos que sólo soñamos con hacernos a la mar. Pero el relato de vosotros es realmente estimulante y positivo.
    De nuevo mil gracias y que la sigan pasando bien en el paraiso!
    Bernardo

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