Cartagena-Puerto de Sotogrande. Del 27 al 6 de septiembre de 2011.
Hola de nuevo.
Aquí estamos, en el Puerto de Sotogrande, enfrente del Peñón de Gibraltar, y esperando un parte bueno para intentar pasar el Estrecho de Gibraltar y emprender la travesía a Canarias.
Hoy ha hecho levante fuerte y mañana y pasado mañana parece que será más de lo mismo por lo que no sé cuánto tiempo estaremos por aquí.
Aquí llegamos ayer, día cinco, por la mañana. Previamente, desde Cartagena que fue lo que os contamos en la anterior entrada, hemos hecho lo siguiente:
-Del 28 al 29 de agosto de 2011. Cartagena- Ensenada de las Entinas (Cerca del Puerto de Almerimar).
El día 28 de agosto había una previsión no demasiado buena, chubascos, rachas de fuerza 5 y marejada aumentando a fuerte marejada, pero como tampoco era una previsión realmente mala, y el viento no nos venía de cara, decidimos salir.
A las 11 nos decidimos a partir y cuando ya estábamos operando las amarras, oímos a la locutora de la MedCup, la regata que se estaba celebrando en Cartagena, que iniciaba su locución que se oía por todo el Paseo Marítimo y el propio puerto, informando que acababa de salir “El Bribón” que al poco pasó por delante nuestro. Volvíamos a coincidir sin quererlo, con los barcos de regatas de la MedCup al igual que ya nos pasó en la entrada a Cartagena. Decidimos esperar para no estar por ahí por el medio pero como vimos que los barcos no salían todos de golpe, y que entre la salida de un barco y otro tardaban bastante, salimos en un momento en que creíamos que no molestábamos demasiado.
La coincidencia con la salida de la regata fue agradable porque tuvimos la oportunidad de ver en el agua como algún patrón daba las últimas instrucciones al resto de tripulantes que le escuchaban atentos, como los barcos se aproaban al viento para izar las mayores, como se acercaban los barcos al campo de regatas a una velocidad que para ellos debía de ser de mera aproximación y para nosotros era una que jamás aspiraremos alcanzar, y como calentaban dando varios largos mientras nosotros, en la distancia, sólo hacíamos uno.
Y en ese momento de denso tráfico de veleros yendo y viniendo, nos cruzamos con un mercante enorme que se dirigía al puerto de Escombreras, y el pobre, debía de estar volviéndose loco porque en teoría, debía dar preferencia a los barcos de vela, y allí habían muchos e iban en todas direcciones. Nosotros de todas formas, tuvimos mucho cuidado de no ponernos por delante.
Dejada atrás la regata y el puerto de Cartagena, nos pusimos cómodos ya en dirección al Cabo de Gata.
Por la tarde, de repente vemos unos lomos negros que aparecen y desaparecen fugazmente. Se desplazan bastante lentos y no vuelven a aparecer, lo que nos descoloca un poco porque los delfines, que vemos con bastante frecuencia en cuanto nos alejamos un poco de la costa, se desplazan mucho más rápido, tiene un color menos oscuro, y pocas son las ocasiones que no se entretienen un buen rato enseñándonos sus habilidades pasándonos cerca de la proa realizando tirabuzones o pequeños saltos. Estamos intentando volver a ver los lomos cuando muy cerca, oímos un resoplido fuerte y al girar la cabeza en esa dirección, a unos cinco metros, vemos dos nuevos lomos negros que se introducen en el agua lentamente. Cuando vuelven a emerger, les vemos la cabeza y consideramos, con nuestros conocimientos casi nulos de zoología, que no son de delfines. En esta segunda salida a la superficie podemos gravarlas fugazmente con la cámara de video. Es muy emocionante. Nunca habíamos visto esos animales. Cuando ya no podemos verlos más, buscamos en un folleto que tenemos que describe las especies del Mediterraneo y llegamos a la conclusión, no sin bastantes dudas, que se tratan de Calderones Comunes que pueden alcanzar los siete metros. Pese a que no son del tamaño del Rorcual Común, que pueden medir hasta 25 metros y también existen en el Mediterraneo, ya nos imponen bastante respeto con sus “apenas” siete metritos.
Queremos pasar la noche navegando para avanzar un poco porque si bien no tenemos ninguna prisa, la idea inicial era haber hecho el máximo camino posible al Estrecho de Gibraltar durante el mes de agosto para evitar posibles meteorologías contrarias durante septiembre, y de Denia a Cartagena, al costear tanto, hemos alterado un poco el plan inicial.
La noche transcurre movidita y no desde el punto de vista del tiempo. Al contrario, a mitad noche parará tanto el viento que decidiremos poner un rato el motor. El entretenimiento vendrá por los continuos pitidos de nuestro detecto radar. Hay mucho tráfico de barcos en el Cabo de Gata y ese aparato, al haberlo instalado tan alto, no perdona una y no deja de pitar mientras tiene al alcance un barco aunque este esté muy lejos. Quizá deberíamos haber seguido las recomendaciones del fabricante y no instalarlo en el tope del mástil pero un navegante francés que conocí en Barcelona nos comentó que iba muy bien ahí y le hicimos caso. No dudo que en el Atlántico vaya bien esa colocación, pero en el Mediterráneo, el aparatillo no para de pitar, y no nos deja dormir mucho, incluso cuando ponemos la sensibilidad al mínimo. El problema sobretodo surge cuando te acostumbras a los fuertes pitidos y te relajas porque te crees que pita por el barco que ya tienes controlado, cuando en realidad es por otro que acaba de aparecer.
Durante la noche doblamos el Cabo de Gata y ya bien entrada la mañana decidimos descansar un poco fondeando en la ensenada que existe delante del Puerto de Almerimar. El paisaje es curioso ya que se ven invernaderos por todas partes. Comemos espaguetis en el barco, dormimos algo, y descansamos más, tras la noche intensa.
Esa noche hay bastante viento pero el fondeo no da problemas y no se mueve un ápice.
- Del 30 al 31 de agosto de 2011. Ensenada de las Entinas (Cerca del Puerto de Almerimar)-Ensenada de los Berengueles (Almuñécar).
Salimos del fondeadero muy prontito, sobre las 9 de la mañana porque ya hace un buen viento. No obstante, este viene totalmente de proa por lo que tendremos que hacer varios largos para ir ganando al viento.
Llevamos un rizo en la mayor desde el principio del día para ir tranquilitos ya que sabemos por la previsión que mientras transcurra la jornada el viento subirá. El génova va totalmente desenrollado. No obstante, cuando el viento alcanza los veinte nudos la enrollamos un poquito. Así vamos todo el día hasta que nos fuimos acercando al primer fondeo que teníamos previsto, el Fondeadero de Castell de Ferro, cerca del Cabo del Melonar. Al punto de llegar, el viento aumento y llegó a los veintinueve nudos. Ya veíamos que el viento no venía totalmente de oeste por lo que el resguardo que habría en el fondeadero no sería total, y como el viento se puso tan fuerte y las olas eran relativamente altas, decidimos no arriesgar, y no intentar fondear allí.
Nos aproamos al viento, pusimos más rizos, y nos dejamos llevar mientras pensábamos que hacer. No habían muchos lugares apropiados para pasar la noche cerca, aunque luego vimos que Motril podría haber sido una buena alternativa, por lo que básicamente habían dos alternativas, o volver de donde habíamos salido, o navegar de nuevo por la noche. Como vimos que con el poco trapo que llevábamos íbamos muy cómodos pese al viento y las olas que hacían, decidimos seguir adelante.
Esa noche, para evitarnos los pitidos del detector radar, decidimos hacer unas guardias más organizadas por lo que uno dormía totalmente, y el otro vigilaba, y viceversa. El viento no bajó en toda la noche y se mantuvo superior a los 15 nudos. Casi todo el trayecto nos acompañaron unos simpáticos delfines.
A las cuatro de la mañana llegamos al fondeadero de la Ensenada de los Berengueles, enfrente de la Marina del Este, cerca de Almuñécar. La costa era bastante profunda hasta muy cerca de las rocas y eso nos inquietaba en nuestro primer fondeo nocturno, pero dos barcos que ya habían fondeados y el encendido de un foco que compramos para estos menesteres con una potencia de 1.500.000 candelas, que ilumina una barbaridad, nos facilitaron el fondeo.
El resto de la noche transcurrió tranquilamente con “Fresita madura”, que ya hablamos de él en la anterior entrada, y el profundímetro, vigilando por nosotros que el fondeo no garrease. Dormimos profundamente ya que la navegación había sido muy cansada con el viento de ceñida. Habíamos navegado aproximadamente 80 millas pero en realidad sólo habíamos avanzado 40 millas.
- 31 de agosto de 2011.Ensenada de los Berengueles (Almuñécar)-Puerto Caleta de Vélez.
A las 10 de la mañana, “Fresita madura” empieza a pitar. Creemos que es una falsa alarma como es habitual. El círculo de borneo lo solemos ajustar bastante por seguridad, y cuando el viento empuja el barco un poco más de lo normal, la cadena se estira y el barco se sale del límite fijado y entonce suena la alarma hasta el que el viento deja de empujar, la cadena deja de estirarse y el barco se vuelve a su posición original. Pero esta vez, el barco no volvía a su posición y por el contrario, se iba alejando, lentamente, pero progresivamente.
Decidimos sacar el ancla e irnos de allí y no echar de nuevo el ancla porque las olas, que se desviaban no sabíamos porqué, movían el barco de una forma que no hacían placentero el lugar. Al subir el ancla creemos ver la explicación del garreo del ancla y es que parece que la cadena se había liado con el cabo del orinque y la boya debía producir al ancla una tensión hacia arriba que no tocaba, y a la primera que hizo un poco más de viento, el ancla garreó.
Así pues, nos dirigimos al Puerto de Caleta de Vélez, en Málaga, que estaba a unas 20 millas y como el viento continuaba de cara, las olas eran bastante grandes y estábamos cansados, decidimos ir a motor. Llegamos sobre las tres de la tarde.
Ya en el puerto, comimos un poco y tras descargar las bicis, nos fuimos a dar una vuelta por Torre del Mar. La playa estaba llena de antiguas pequeñas barcas de pescadores rellenas de arena donde hacían brasas los restaurantes para hacer los típicos pescados al “espeto”, y como somos gente débil, nos zampamos unas sardinitas al espeto y una fritada malagueña que nos recuperaron totalmente.
Los tres días siguientes nos tuvimos que quedar en Caleta de Vélez. El primer día porque queríamos descansar y de paso, acercarnos en autobús a Nerja y visitar las famosas cuevas. El segundo y el tercer día nos tuvimos que quedar porque hacía viento fuerte justamente de la dirección a la que íbamos. De todas formas, aprovechamos para hacer algunas cosillas pendientes. Sustituimos la cadena del váter que ya goteaba cuando salimos de Barcelona pero que cada vez goteaba más. También marcamos la cadena del fondeo para facilitar los fondeos y saber cuantos metros de cadena echamos, en vez de hacerlo a ojo como hasta ahora. Así, señalamos con pintura roja los cinco, quince, veinticinco, treinta y cinco y cuarenta y cinco metros de la cadena, y en amarillo, los diez, veinte, treinta, cuarenta y cincuenta metros. También sustituimos el cabo del orinque por un cabo flotante e intentar así en el futuro, que el ancla no se vuelva a enrollar con él. También buscamos y rebuscamos por muchas tiendas hasta dar con un convertidor de corriente. Tenemos varios ordenadores con GPS y cartas por si alguno falla, pero sólo teníamos un convertidor que pasara los 12 voltios de las baterías del barco a los 220 de entrada de los ordenadores. Cuando empezamos a pensar en una posible rotura del convertidor, empezamos a buscar en serio un sustituto. Y lo más importante de las cosas pendientes, comer un poco de carne roja, por lo que nos pasamos por el súper y compramos unos entrecots de ternera que nos entraron muy bien.
- 4 al 5 de agosto de 2011. Puerto Caleta de Vélez-Puerto de Sotogrande.
El parte meteorológico seguía anunciando viento de proa, pero como había remitido la intensidad, salimos. Antes, esperamos un poco a que creciera un poco la brisa porque a primera hora había una calma total y aprovechamos para comprar pan, un poco de pollo para la travesía y cargar gasoil.
Estuvimos navegando todo el día con viento superior a los 20 nudos y por la noche fue relajándose hasta los 10. Volvimos a estar acompañados de delfines, que al pasar por al lado del barco dejaban un rastro brillante espectacular a causa del plancton. A media mañana, llegamos al Puerto de Sotogrande. Por la tarde, descargamos las bicis y volvimos a inspeccionar la zona. Sotogrande es una urbanización enorme, con varios campos de golf, club de polo, puerto propio y pertenece al municipio de San Roque, “donde habitan los de Gibraltar”, según dicen los carteles a la entrada. La verdad es que no es un lugar muy original pero era el puerto más cercano a Gibraltar antes de pasar Punta Europa.
Hoy día seis de septiembre el parte daba temporal de levante en el Estrecho. El viento es peculiar, o viene de proa fuerte, o viene de popa atemporalado. Con ese parte, hemos cogido un autobús y hemos ido a La Linea y de allí a Gibraltar para hacer otro poquito de turismo.
Los próximos días parece que tendremos que quedarnos por aquí. Mañana parece que siguen rachas atemporaladas en el Estrecho, y pasado mañana parece que remite a fuerza seis de levante. Ya veremos que hacemos.
Gracias a todos los que nos siguen y nos hacen esos comentarios que tanto valoramos aunque no podamos contestarlos por falta de tiempo y medios.
¡Un abrazo!
alicia dice:
Que chulas las fotos estais los dos muy guapo,se ve que os cuidais,hoy dia 12-9 porfin he podido hablar contigo por el telefono satelite y saber que todo va bien , un besazo grande.
Ana dice:
Vaya días bien aprovechados! seguro q ha valido la pena retrasar un poco el paso por Gibraltar para aprovechar bien y visitar todo lo q podáis.
Por cierto, en la foto del pescadito frito, muy chula la camiseta, eh? jejeje.
Besos!
Mª del Mar dice:
joooooooooo que way , la verdad es k no teneis tiempo de aburriros, que aventura, y estais echos unos expertos narradores explicando vuestras experiencias, que me encantan y sobre todo cuando vais rodeados de delfines, que envidiaaaaa!!!!!! disfrutad mucho, un beso muy grande a los dos y cuidaros mucho!!!!!! Muakkkkkkkkkkkssssssssss.
David dice:
Que bribones sois!! como os lo estais pasando!! y aquí nosotros currando tol día !! XDD
Ale pues, suerte en la travesía a las Canarias y acordaros qué como mínimo quiero cimas en Tenerife (Teide), La Palma (Roque de los Muchachos) y Gran Canaria (Pico de las Nieves) … jejejejeje